compañeros infaltables

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martes, 13 de mayo de 2014

Párrafo para el Foro de alumnos. UNIDAD 2.

“He aquí entonces adonde quería yo llegar a través de estos ejemplos: en la medida en que
el reconocimiento del ser no culmina, la palabra fluye enteramente hacia la vertiente a
través de la cual se engancha al otro.
No es ajeno a la esencia de la palabra, si se me permite la expresión, engancharse al otro.
La palabra es sin duda mediación, mediación entre el sujeto y el otro, e implica la
realización del otro en la mediación misma. Un elemento esencial de la realización del otro
es que la palabra puede unirnos a él. Es esto sobre todo lo que les he enseñado hasta
ahora, ya que es ésta la dimensión en la que nos desplazamos constantemente.
Pero existe otra faceta de la palabra que es revelación.
Revelación, y no expresión: el inconsciente sólo se expresa mediante una deformación,
Entstellung, distorsión, transposición.
Este último verano escribí Función y campo de la palabra y del lenguaje sin emplear allí
adrede el término expresión, pues toda la obra de Freud se despliega en el sentido de la
revelación, no en el de la expresión. La revelación es el resorte último de lo que buscamos
en la experiencia analítica.
La resistencia se produce en el momento en que la palabra de revelación no se dice —como escribe curiosamente Sterba al final de un artículo execrable, pero muy cándido,
que centra toda la experiencia analítica en torno al desdoblamiento del ego, una de cuyas
mitades debe acudir en nuestra ayuda contra la otra— en el momento en que el sujeto no
encuentra ya salida. Se engancha al otro porque lo que es impulsado hacia la palabra no
accedió a ella. El advenimiento inconcluso de la palabra, en la medida en que algo puede
quizá volverla fundamentalmente imposible, es el punto pivote donde la palabra, en el
análisis, fluye por entero hacia su primera vertiente y se reduce a su función de relación
con el otro. Si la palabra funciona entonces como mediación es porque no ha culminado
como revelación.”

J. Laan, Seminario 1. Pag 82 y 83. Edición Paidós, 2007. 

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